Para Rubens fue fundamental ser como Tiziano para convertirse en el nuevo Apeles de Europa. Cuando llega por segunda vez a España, lo hace en misión diplomática y se apoyaría en Tiziano para realizar su deber.
Rubens copiaría las posesiones de pintura que el rey Felipe II tenía y, aunque hay muchas más copias, vamos a centrarnos en una, Adán y Eva de Tiziano. Empezaremos hablando de la original. Pero debemos saber, que la versión de Rubens es más que una copia, ya que este interviene en el significado total de la obra variando detalles.

En la pintura de Tiziano, Adán trata de impedir que la mujer acepte la manzana que le está ofreciendo el niño, este, a pesar de su aspecto inocente, esconde entre sus rizos dos pequeños cuernos demoníacos y entre las ramas del arbol una cola de serpiente.
Eva, por su ángulo de visión, no puede ser estos detalles y, por ello, coge la manzana mientras el marido tiene un gesto para evitarlo un tanto débil y que, al echarse hacia atrás se disocia de lo que está sucediendo. Pero el pecado ha sido cometido y la culpa se manifiesta en ellos. Esto lo evidencia las hojas de la higuera que cubren los genitales de Adán.
Detrás de Eva observamos a un pequeño zorro, símbolo de la sagacidad, y que la mujer ignora dando a entender que prefiere dejarse convencer por el Demonio que emplear su ingenio.

Esta es la versión de Rubens, que añade el final de la historia. Adán aparece más fuerte con cuerpo sólido y musculosos, el cual se inspira en el Torso del Belvedere, y tiene una pose más segura y erguida. Los ojos del niño se dirigen solo a Eva y, por un momento, aíslan a Adán del pecado, por eso puede exhibir su desnudez sin cubrirse con la hoja.
El hocico del zorro está más iluminado para subrayar su importancia en la lectura de la imagen. Pero Eva se aferra con energía al fruto prohibido, mientras unas hojas le cubren el sexo, esto indica que el pecado original ha sido cometido.
Pero Adán tiene aún tiempo para pensar y entender el error, con la sagacidad propia del zorro. Ejercitando la prudentia del Hombre puede encaminarse a la Redención que aparece simbolizada en la obra por el papagayo que se posa en la higuera, cuyas ramas cubrirán a Adán tras el pecado.
El gesto de Adán parece advertir a Eva de que los dos, cometido el pecado, deben emprender el camino de la Redención que un nuevo Adán (Cristo) y una nueva Eva (la Virgen) abrirán a la Humanidad, a la cual representan.
Ahora bien, ¿os imagináis poder contemplar las dos obras a la vez? Las dos se encuentran en el Museo del Prado y tiene que ser toda una delicia poder leerlas juntas, con todos los detalles que ofrece admirarlas al natural.
El siguiente artista que irá a ocupar el puesto de Apeles después de Rubens será Anton van Dyck, del cual ya hablaremos en otra ocasión 🙂
Ahora os dejo con algunos detalles de las obras, ¿sois capaces de diferenciar a qué pintor pertenece cada una?
TIZIANO
RUBENS
©imágenes Museo del Prado
Bibliografía:
URQUÍZAR, A., CÁMARA, A. (2015): El modelo veneciano en la pintura occidental. Madrid, Centro de Estudios Ramón Areces, S.A.
Vivo en Valencia y voy todos los años al Prado una tarde entera (menos estos dos, desgracia!)… es mi paseíto a la querida Madrid.
Un año, no recuerdo cuál, pero quizás 2010 o antes, una de las cosas que me llamó la atención fue la comparativa de estos dos cuadros, que habían sido puestos juntos y destacados sus detalles… precisamente lo que imaginas al final de tu escrito.
Muchas gracias por la nota.
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#arte #cultura #pintura
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Que lectura mas bonita de un cuadro y su copia, ademas lo narras de forma muy dulce. Me encantan este tipo de entradas 😊
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Muchas gracias Carla 😀 aunque en este caso la mayoría del mérito se lo lleva la bibliografía de la asignatura de pintura veneciana jejeje
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