No es la primera vez que os hablo de Van Gogh y no es la primera vez que os hablo de Japón. Todos los post relacionados os los dejo aquí por si queréis verlos:
Sobre Van Gogh:
Las primeras obras de Van Gogh
Reflexiones y Arte #1 – Hablemos de Van Gogh.
Sobre Japón:
Reseña Fantasmas y Samuráis. Cuentos modernos del viejo Japón👹
Las marchantes de arte en JAPÓN.
Ayer fui a ver el documental en el cine titulado »Van Gogh y Japón» y quería hablaros del tema.
Resulta que en el momento en que Van Gogh se encuentra pintando sus obras que tan famosas serán más tarde, una tendencia estaba de moda y en pleno auge.
Para introducirnos en este momento, tenemos que saber que Van Gogh nació en 1853. Pues mientras Van Gogh iba creciendo, se desarrollaba una tendencia llamada Japonismo, que apareció por la apertura de de Japón (recordemos que se encontraba aislado), suponiendo el redescubrimiento de este increíble país. Con ello llegó su influencia a Occidente y se comenzó a coleccionar objetos, grabados… procedentes de este país que acabarían influyendo en los artistas occidentales.

El término Japonismo lo acuñó Philippe Burty, un periodista y crítico de arte francés, término que se refiere al interés y admiración por la cultura japonesa que estaba en auge.
Pero la mayor influencia fueron los grabados japoneses, la tendencia del Ukiyo-e, y las obras de Hokusai y otros grabadores se popularizaron tanto que se exportaban a Europa.
Por lo que parece, Van Gogh se obsesionó con estos grabados, con la esencia de Japón, con los japoneses en general y comenzó a adquirir con la ayuda de su hermano Theo y coleccionar grabados que ocupaban las paredes de su habitación.
Nunca había estado en Japón y nunca estuvo en Japón, aún así se hizo una imagen mental de cómo podía ser y empezó a ver paisajes japoneses creados por su imaginación y por lo que conocía a través de libros que se popularizaron en la época y grabados. En sus cartas a su hermano le cuenta como está pintando un paisaje que le recuerda a Japón.
Básicamente, el documental nos dice que Van Gogh acabó obsesionándose con Japón y su arte. Admiraba a los japoneses, la técnica de pintar que tenían »con pinceladas rápidas, porque tienen los nervios finos», con pocos trazos, obras planas, coloridas, con líneas marcadas que casi parecen ser una sola línea para toda la obra.
Fijémonos en esta obra de Van Gogh

Podemos ver un retrato totalmente de frente de Tanguy, un coleccionista y amigo de artistas con el que Van Gogh entabló amistad en su etapa en París y que tenía una pequeña tienda en la rue Clauzel, donde solía exponer obras de pintores en su escaparate. Si nos fijamos en el fondo que tiene podemos ver que lo ocupa muchas representaciones japonesas.
La Japonaiserie

En este otro óleo sobre lienzo podemos ver lo mucho que admiraba las estampas japonesas. Esta obra pertenece a una serie que estaba inspirada en las xilografías japonesas, europeizando la estampa ligeramente al colocar dos tiras con escritura japonesa y con su característica pincelada pastosa que nada tiene que ver con los colores planos del arte japonés. Por lo que Van Gogh no solo copiaba obras de artistas japoneses, sino que las adaptaba a su arte y a su forma de »ver» Japón.
Y aquí podemos ver el »original» de Hiroshige

También se inspiró en esta otra obra de Hirosigue:

Y creó la siguiente:

Otra obra que delata su amor por la xilografía japonesa es el Almendro en flor

Y, finalmente, termino el post con una de mis favoritas, La Cortesana o Estampa japonesa: Oiran, realizada en 1887.
Mirad que interesante.
De esto:
Saca esta cuadrícula
Y lo convierte en esto:
Me encanta el arte japonés y me encanta Van Gogh, si encima los juntas a los dos no puedo ser más feliz!
¡Espero que os haya gustado el post!
Mercedes no conocía esa relación de Van Gogh con Japón, la verdad, gracias por sacarme de mi ignorancia, así se revela mejor su Arte
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Me alegra que pueda compartir y enseñar 🙂
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