
Llevo toda la vida estudiando, pero nunca he aprendido tanto y nunca me he esforzado tanto como estos años en la UNED. Supongo que es porque he tenido ganas, porque lo he hecho por mí, porque ha sido un cambio, un cambio que he tenido que afrontar yo por mi cuenta, por mi propia decisión, el ser yo mi profesora. Y estoy muy contenta, pues siempre he obtenido nuevos resultados.
Cada año hay un miedo típico, el primero fue pensar si podría apañármelas, si sería capaz, todo era nuevo para mí, y sabía que iba a ser difícil, pero era lo que quería. Y el segundo fue si saldría todo bien como el curso pasado, con tantas asignaturas. Pero me sentía segura de que podía, fue una meta que me propuse al acabar el año tan bien, si podía con eso podía con más.
Nunca fui la estudiante que pregunta en clase, podría contar con las dos manos las veces que he preguntado alguna duda. Siempre he preferido buscarme la vida, y si consta de memorizar más todavía, pero no existía la motivación propia de estudiar con ganas o algo que te gusta, hasta que empecé Historia del Arte de la presencial a la UNED,
Hay algo que me motiva, supongo que es que dependo de mí misma, que yo misma me busco las salidas, y me esfuerzo porque quiero sacarlo. Y conforme voy viendo los avances, que los esfuerzos tienen su recompensa, que sigo hacia adelante, me siento más segura de que si algo se quiere se puede.
Y es lo que os decía, cada curso aparece el típico mensajito en mi cabeza diciendo: »¿podré con este curso como pude con los anteriores?», y de momento sí puedo, y conforme más puedo más crece en mí la confianza, que es algo esencial, confianza, seguridad y motivación. Y sobre todo lo mejor es el apoyo de mi novio, que siempre me ha dicho lo bien que me va a salir todo, siempre me ha apoyado y aguantado y eso me da más seguridad aún 💗
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